Poesía

Anotaciones: la mujer - Hugo Luna

La mujer entra o sale de la casa. La casa jamás quedará vacía. La casa es un vientre. “La casa se estrechó contra mí como una loba, y por momentos sentía su aroma descender maternalmente hasta mi corazón” dice Bachelar. La casa guardará el orden femenino sutil, la pipa –es decir su opuesto- será depositada en su caja, no la caja de la casa sino su caja propia como testimonio del efecto de la memoria. La mujer una vez grabó en humo lo que mejor perdura de una promesa. Ella es la promesa y será buscada deseada por los labios por el aire por lo que se au-senta.

La mujer es la madre. Ha trabajado mucho para ello. Mira a su hijo que no es precisamente su espejo. Sabe las diferencias. Recoge su cabello pero no es el único gesto reparativo que tiene con lo que cae, con lo que empuja el viento. Todo lo que hay en ella le pertenece. Por eso ofrece. Quien está frente a ella tiene que saberlo.

La mujer cruza lentamente la calle. No es una coquetería, es una templanza del tiempo. Muchas de las banderas que ahora son jirones sobre los cables, sobre las antenas, sobre las copas de los árboles, sobre los edificios derrumbados o nuevos, sobre los carteles comerciales, fueron estandarte. La mujer no termina nunca de cruzar la calle y en esa militancia, en ese traveling lento, recons-truye.

La mujer es lo que yo llamo la espalda. Sólo la espalda. Lennon decía que es el negro del mundo. Las cuestiones de género han dejado en el tiempo a la vieja Gre-cia y sus pensadores poco amables. Si el eje se corriera por un momento –lo que sería una vida y toda otra vida de trabajo- las cosas no serían antinómicas y no necesitaríamos una ley para que pudiera ocupar cargos públicos. La mujer le digo a la Lispector, a la Duras, a Alejandra Alejandra debajo estoy yo Alejandra. La mujer le digo a Nenúfar. La mujer le digo a lo que guardo en el silencio, no por el pudor de la privacidad, sino por la fragilidad de los corazones.

La mujer entonces, finalmente, inicia también la palabra. De un puro nacimiento, de prodigado cuerpo. La palabra la leche el amamantamiento. La primera palabra antes de que la palabra diera inicio a su fonética aventura. El lenguaje invocado por el latido. La mujer juntó del tendedero las sílabas que ha prestado al vien-to. La mujer ha estado mucho tiempo callada y antes de abrir todas las ventanas, todas las puertas, todos los grifos y las botellas y los mensajes y los asombros ha sentido un sigilo, una idea como un sigilo que nos llena de esperanza. La mujer cierta como el humo o la niebla. Bella como la luz del día



LOS AÑOS ARCAICOS - Adán Maimae

Los tiempos arcaicos aun persisten

y aun se denota

en las miradas.

de aquellas humildes mujeres

triste y lejana.


Que se va durmiendo en el alma

buscando ser libre

en esas tierras tan lejana.


Los sueños mueren

al solo pensarlo

el sometimiento en los seres humanos

de padres a hijos se van traspasando.

y aquella dulce mujer

tan débil y delicada

se ha muerto con los años.

se le ha marchitado el alma


Y la sumisión aun le hace daño.

Le llueven tristeza

el temor, consume sus días.

el hombre, amo y poderoso

hacen de ellas, solo una fábrica de crías.

podrá caminar sobre el amor

oh una costumbre lleva

desde el día que se casó.



Siento el alma vacía y con dolor

al ver aquellas humildes mujeres

que aun son sometidas


Y viven con temor

abecés fingiendo el placer.

aunque ya no exista el amor.



Se siente el miedo en la mirada

siempre corren como asustada

como si cada palabra que dicen

de algo se acusaran.

mujer de allá lejos

de una tierra encantada

quise brotar de mi canto

esa pena que llevas en el alma.


No quiero enjuiciar a nadie

...


ALGO MURIÓ EN UNA MUJER - Liz Carreño

Hoy un hijo de puta golpeó a una mujer,
lo hizo delante de sus propios hijos
y limpié sangre de las manos de un niño
que intentó ayudar a su mamá.
Recogí un río de lágrimas de dolor
y me enfrenté con la cara del miedo
mientras curaba heridas de unas patadas
porque no pude sanar las del corazón.
A esta hora, ya no puedo contener la indignación
que me brota por los ojos directa del alma.
Este día tomé los trozos de una mujer que quiero
sintiendo el peso de la humillación en su mirada.
Se me agolparon los reclamos, la denuncia, la tristeza,
me temblaron las piernas ante la brutalidad.
Ahora crece la infección de la impotencia como una enfermedad
que me carcome las entrañas y me lacera la razón.
No puedo fingir ya, algo murió en una mujer este día
hoy lloro un océano completo… lloro por mi mejor amiga.


Cuando la sangre es de una mujer maltratada,
la herida es de todos ¡¡ya basta por favor!!



HOY ME VISTO DE ROSADO - A. Linette Taboada

Porqué volverme a engañar
Hoy tengo las mismas dudas,
La noche igual esta oscura
Y no puedo caminar.

Si levanto la mirada
Y recorro el cielo entero…
Quizás pueda ver la estrella más lejana
Más no al hombre que yo quiero

Mis instintos están asomados
Y presiento lo de siempre
Siento mis ojos inundados
Y tú gritando impaciente.

Puta…puta…puta…
Me revientas la cabeza
Has llegado enloquecido
Y yo gritando de impotencia.

Más me lleno de coraje
Y me enfrento a mi agresor
Es un hombre… es mi esposo
Que llego sin corazón.

Hoy me visto de rosado
De dignidad y coraje
No aguantare mas ultraje
Ni aunque venga de mi amado.


LA DAMA DE LOS MILAGROS - Marilú Alfaro Frías

Mujeres talladas a puro pulso y enfrentadas a sus impulsos,
De acero y arena y de mi tierra
Mujeres modeladas con sus recursos,
Sin más discursos, sin más enmiendas.

Mujeres coronadas en los senos y en sus fiebres
y en sus pieles de algodón, de melaza y esperanza.
Fragancias iluminadas, peldaños altoestratos libres,
guerreras magníficas sin mordaza, y agua raza.

Mujeres honradas en Paraíso y recordadas por su sabor,
mujeres cálidas y de hechizo, sin fábula y de labor,
mujeres esculpidas en mil relieves y enajenadas en su dolor.

Mujeres nacientes de borbotones, telares y en bosquejo
custodia, fuego y colección de impregnación simiente
pilar de dientes de león y sinergia equis fuente .

Mujeres cinceladas, huracanadas y en catalejos
imperantes en sus desnudos, sus mundos, sapiencia y nudos
mujeres reinantes en sus siluetas y en sus veletas y unidas lejos.

Mujeres torneadas en marejadas y liberadas de lo banal,
origen y expiación en su autoría e inspiración
mujeres reconciliadas a propia voz, cetro eje de su causal
desde confines,
vienen afines,
vencen con fines…
¡brillan igual!


CADENAS - Ignacio Camaño

Te veo aquí, mujer...
A las puertas del otoño…
Y ese dulce y lánguido atardecer
en tu existencia,
te otorga...
¡La grandiosidad de lo sublime!

He aquí, mujer...
Que el sol que te ilumina
te confiere...
La excelsa magnificencia de lo arcano.
Y el dorado resplandor
que te ilumina...
Enciende...
¡La voluptuosa flama de la vida,
que comienza nuevamente
cada día!

Hete aquí, mujer...
Que en ti empieza,
a florecer la perenne primavera
que la ilusión engendra.
Al rasgarse las cadenas...
Que te aprisionaban,
al yugo infame
de la soberbia y la barbarie.
Y entonces...
¡Finaliza tu condena!

Estás aquí, mujer...
Con las alas desplegadas,
cual crisálida que sale del letargo
y emprende el vuelo avizorado…
Convertida en mariposa,
bebes los vientos...
¡Y te embriagas con el júbilo
de la libertad soñada ardientemente...!

Por fin has llegado, mujer...
Este es tu sino...
Ve adelante mujer,
siempre adelante...
Hacia el sol...
Hacia el amor...
Hacia la dicha...
¡Hacia los confines inimaginables
del futuro venturoso que te espera!