LetrasKiltras en el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer
viernes, 25 de noviembre de 2011
ANOTACIONES: LA MUJER - Hugo Luna
La mujer es la madre. Ha trabajado mucho para ello. Mira a su hijo que no es precisamente su espejo. Sabe las diferencias. Recoge su cabello pero no es el único gesto reparativo que tiene con lo que cae, con lo que empuja el viento. Todo lo que hay en ella le pertenece. Por eso ofrece. Quien está frente a ella tiene que saberlo.
La mujer cruza lentamente la calle. No es una coquetería, es una templanza del tiempo. Muchas de las banderas que ahora son jirones sobre los cables, sobre las antenas, sobre las copas de los árboles, sobre los edificios derrumbados o nuevos, sobre los carteles comerciales, fueron estandarte. La mujer no termina nunca de cruzar la calle y en esa militancia, en ese traveling lento, recons-truye.
La mujer es lo que yo llamo la espalda. Sólo la espalda. Lennon decía que es el negro del mundo. Las cuestiones de género han dejado en el tiempo a la vieja Gre-cia y sus pensadores poco amables. Si el eje se corriera por un momento –lo que sería una vida y toda otra vida de trabajo- las cosas no serían antinómicas y no necesitaríamos una ley para que pudiera ocupar cargos públicos. La mujer le digo a la Lispector, a la Duras, a Alejandra Alejandra debajo estoy yo Alejandra. La mujer le digo a Nenúfar. La mujer le digo a lo que guardo en el silencio, no por el pudor de la privacidad, sino por la fragilidad de los corazones.
La mujer entonces, finalmente, inicia también la palabra. De un puro nacimiento, de prodigado cuerpo. La palabra la leche el amamantamiento. La primera palabra antes de que la palabra diera inicio a su fonética aventura. El lenguaje invocado por el latido. La mujer juntó del tendedero las sílabas que ha prestado al vien-to. La mujer ha estado mucho tiempo callada y antes de abrir todas las ventanas, todas las puertas, todos los grifos y las botellas y los mensajes y los asombros ha sentido un sigilo, una idea como un sigilo que nos llena de esperanza. La mujer cierta como el humo o la niebla. Bella como la luz del día
UNA VEZ MÁS - Elsa Gillari
ROJO - Laura
Ella pudo haber elegido la gloria y prefirió el anonimato. Pudo haber acariciado la aurora y sólo conoció el ocaso.
Postergó sus sueños de transitar las pasarelas y desfiló por otra alfombra roja, no con pasos elegantes, sino temblorosos.
Se le escabulló el tiempo, sin siquiera saborearlo. Los minutos jadeaban apretujados en relojes aburridos.
Y cometió el error de enamorarse en el lugar no apropiado. Su aventura amorosa - nacida en furtivos encuentros de mediodías apresurados - desembocó en un imprevisto embarazo.
Ambos, inmaduros, afrontaron su inminente debut como padres y prepararon el nido.
El almanaque flameó al galope. El parto se les vino encima y el retoño trajo consigo el desgaste inevitable.
Biberones y pañales ocuparon el podio de un hogar prematuro - algo que él no pudo soportar - y pronto se iniciaron sus escapadas nocturnas.
Ella aprendió a masticar su bronca, procesándola junto con sus lágrimas.
Un aroma a infidelidad flotaba en el aire: pañuelos, cuellos de camisa y calzoncillos aparecían manchados en granate.
Todo fue de mal en peor al entrar en escena un enemigo implacable, en una nueva tonalidad de rojo: el alcohol.
Otra gama de ese color se posaría en su mirada viciada y otra en sus puños incrustados.
Cada noche: una nueva llegada tambaleante, un nuevo golpe, más sangre …
Y a la mañana siguiente, un mapa púrpura aparecía en distintos sectores de su frágil cuerpo femenino.
La joven mujer había soñado con un cuento de hadas, plasmado en azul … pero su realidad le edificó un drama, pintado de rojo …
AYER ME DIERON MUERTE - Katy
mi propio padre fué
como un animal
muestra los honores
poniéndose en el pecho una medalla.
Morí por la lanza codiciosa
del placer y la maldad
un redoble de tambores que
sueltan las palomas blancas.
Mañana me matarán otra vez,
llevaré otro nombre
y habrá más mentiras,
el animal brinca
atrapa,destripa.
El gastado cuento de Dios
esto será siempre,
jugos salivales mojaban
mi cuerpo, y ahora
la multitud agigantada
mandíbulas tensas
no hacen nada, solo aplauden,
pero yo morí, y mañana
morirá otra.
jueves, 24 de noviembre de 2011
LAS MARIPOSAS - Luis Antonio Aranda Gallegos
CONFIANZA - Ricardo Arregui Gnatiuk
Habla y su mujer escucha. Y de vez en cuando asiente con un: “Ajá. Claro que me acuerdo...” Siguen mateando. Y conversando. Es decir, él parlotea su monólogo. Y cuando recuerda el accidente que lo dejó ciego, ella responde: “Ajá...”
De pronto, él pide que lo acompañe a la orilla del mar. Es el atardecer. La hora en que la hostia del sol es devorada por la garganta profunda de la oscuridad.
Al llegar, tantea la cintura de su mujer y la aprieta en un abrazo mientras busca su boca frenéticamente. Ella responde con empeño. Y luego de un largo beso que él todavía no entiende, la que fue su lazarillo durante más de veinte años, lo empuja desde el acantilado, sabiendo que morirá al chocar contra las piedras, mucho antes de haber llegado al agua.
Y, si... Ocurre que el hecho de ser ciego no fue un impedimento para haber sido toda la vida un terrible hijo de puta.
Despeñaderos, Paravachasca, 9 de julio de 2006.-
CONFESIÓN - Teresa Del Valle Drube Laumann
VIOLENCIA DE GÉNERO - Le Vieux Coq
Tiene que parecer un accidente – pensó Pedro – un accidente perfectamente accidental – mientras veía en su mente los duros ojos de María. Los últimos años habían sido malos. Sólo peleas entre ellos. Malos trabajos con muchas horas y poco para llevar a casa. Llegaba tarde. Muy cansado. Pero no alcanzaba. No alcanzaba a jugar con sus hijos, ni a educarlos, ni siquiera a alimentarlos bien. Eres un fracasado – le había espetado María una de esas tantas noches de recriminaciones. Sin saberlo, ella le había dado la idea – ¿Para qué seguir pagando ese seguro de vida? No fracasaré – pensó mientras aceleraba fuertemente.
LOS AÑOS ARCAICOS - Adán Maimae
ALGO MURIÓ EN UNA MUJER - LIZ CARREÑO
LA MATÓ PORQUE ERA SUYA - Marquesa Luna
Al doblar la esquina, sintió cómo un lacerante puñal atravesaba su espalda. Se giró enroscándose en su propio dolor, y en esas décimas de segundo, en las que era consciente de que la vida se le escapaba desleída en el fluir de su sangre, pensó que ya no tendría la oportunidad de retractarse de su confesión.
Quiso gritar su nombre, quiso llamarlo asesino, mientras intentaba abrazarse a la vida suplicándole que le diese una segunda oportunidad… Nadie la pudo escuchar, porque en ese preciso instante apareció la muerte ataviada con sus mejores galas, tapándole la boca con la iniquidad de un gélido beso.
AMATORIA - Liliana Marengo
HOY ME VISTO DE ROSADO - A. Linette Taboada
Hoy tengo las mismas dudas,
La noche igual esta oscura
Y no puedo caminar.
Si levanto la mirada
Y recorro el cielo entero…
Quizás pueda ver la estrella más lejana
Más no al hombre que yo quiero
Mis instintos están asomados
Y presiento lo de siempre
Siento mis ojos inundados
Y tú gritando impaciente.
Puta…puta…puta…
Me revientas la cabeza
Has llegado enloquecido
Y yo gritando de impotencia.
Más me lleno de coraje
Y me enfrento a mi agresor
Es un hombre… es mi esposo
Que llego sin corazón.
Hoy me visto de rosado
De dignidad y coraje
No aguantare mas ultraje
Ni aunque venga de mi amado.
LA DAMA DE LOS MILAGROS - Marilú Alfaro Frías
De acero y arena y de mi tierra
Mujeres modeladas con sus recursos,
Sin más discursos, sin más enmiendas.
Mujeres coronadas en los senos y en sus fiebres
y en sus pieles de algodón, de melaza y esperanza.
Fragancias iluminadas, peldaños altoestratos libres,
guerreras magníficas sin mordaza, y agua raza.
Mujeres honradas en Paraíso y recordadas por su sabor,
mujeres cálidas y de hechizo, sin fábula y de labor,
mujeres esculpidas en mil relieves y enajenadas en su dolor.
Mujeres nacientes de borbotones, telares y en bosquejo
custodia, fuego y colección de impregnación simiente
pilar de dientes de león y sinergia equis fuente .
Mujeres cinceladas, huracanadas y en catalejos
imperantes en sus desnudos, sus mundos, sapiencia y nudos
mujeres reinantes en sus siluetas y en sus veletas y unidas lejos.
Mujeres torneadas en marejadas y liberadas de lo banal,
origen y expiación en su autoría e inspiración
mujeres reconciliadas a propia voz, cetro eje de su causal
desde confines,
vienen afines,
vencen con fines…
¡brillan igual!.
ANICETOS - Liliana Marengo
CADENAS - Ignacio Camaño
A las puertas del otoño…
Y ese dulce y lánguido atardecer
en tu existencia,
te otorga...
¡La grandiosidad de lo sublime!
He aquí, mujer...
Que el sol que te ilumina
te confiere...
La excelsa magnificencia de lo arcano.
Y el dorado resplandor
que te ilumina...
Enciende...
¡La voluptuosa flama de la vida,
que comienza nuevamente
cada día!
Hete aquí, mujer...
Que en ti empieza,
a florecer la perenne primavera
que la ilusión engendra.
Al rasgarse las cadenas...
Que te aprisionaban,
al yugo infame
de la soberbia y la barbarie.
Y entonces...
¡Finaliza tu condena!
Estás aquí, mujer...
Con las alas desplegadas,
cual crisálida que sale del letargo
y emprende el vuelo avizorado…
Convertida en mariposa,
bebes los vientos...
¡Y te embriagas con el júbilo
de la libertad soñada ardientemente...!
Por fin has llegado, mujer...
Este es tu sino...
Ve adelante mujer,
siempre adelante...
Hacia el sol...
Hacia el amor...
Hacia la dicha...
¡Hacia los confines inimaginables
del futuro venturoso que te espera!
SIN TÍTULO - Liz Hentschel
UNA CIFRA MÁS - A. Linette Taboada
Cuando Milton llego a su casa ya eran pasada las diez de la noche. Esta era su hora acostumbrada de llegar después de casi 15 horas fuera de su hogar, entre las diez horas de trabajo mal remunerado que tenía, alguna diligencia personal que hacia después del mismo y el tiempo en el pobre transporte público que había en su país. Esa noche algo en el había diferente, su mirada, su silencio, hasta su olor no era el mismo, pero la escena que encontraba en su casa si lo era. Laura siempre estaba en su cama descansando después haber llegado igual que el del trabajo con la diferencia que a ella le tocaba, cocinar, arreglar la casa y estar con su hijo de 12 años ayudándolo en sus tareas escolares. Normalmente ya a las diez de la noche el chico estaba dormido y ella había terminado sus quehaceres y se retiraba a su cuarto a ver un poco de tele y esperarlo. La comida de su marido como siempre estaba servida en la cocina dentro del micro ondas lista para calentar.
Milton no entro a su cuarto como era su rutina, hizo un primer alto en la cocina, de allí fue a su recamara aun en ese silencio mudo que solo entendía él… y vio a su mujer acostada, esperándolo con una sonrisa hermosa, un beso y un abrazo que se quedaron flotando en el tiempo. El solo se abalanzo contra ella y la apuñalo hasta dejarla sin vida.
El resto de la historia salió en los diarios de la mañana… como una cifra más por la violencia de género.
LÁGRIMAS - Silvia Moreno
Se acerca despacio, casi en puntillas, entra en la habitación, está en penumbras, no se escuchan ruidos, agudiza su oído, avanza por ese pequeño pasillo, se encuentra ya en ese dormitorio todo oscuro, todo silencio.
Silencio que penetra en su alma, alma de niña aún pero que ya sabe. . .ya sabe lo que ahí pasó. -- -¿Puedo pasar?- pregunta-. Es tan imperceptible su voz que teme que no la hayan escuchado. Se equivoca; sí, alguien responde: -Pasa-...
Ahí esta tendida en la cama, sin moverse sin hablar, como si no respirara. Se arrodilla a su lado.
Toma la mano de aquella mujer, no sabe que hacer, la acerca a sus labios, la besa, sus lágrimas caen como pequeños cristales.
¿Por qué? ¿Por qué estas así? No puedes más con esto, por favor vámonos, huyamos lejos, yo te quiero.
La mujer la mira, quiere decir algo no puede, sus labios están hinchados, de sus ojos salen lágrimas.
Lágrimas de dolor, de espanto, de angustia, qué puedo hacer, creo que es demasiado tarde...
La niña llora, se acerca trata de acomodarla y ve con horror como está de golpeada esa mujer.
sus senos fuente de vida, están de color violeta, sus brazos magullados, llora, llora, vámonos...le dice ya no se puede más.
Camino al hospìtal, piensa...¿El hombre, que te ama , que te protege, puede dañar así?
Hoy, sentada en esa sala de fríos pasillos con aires de misterio,con aroma a soledad...de pronto , escucha pasos, ese hombre de inmaculado delantal blanco se acerca, su voz la trae al presente, han pasado treinta años.
Con voz serena y pausada le explica: -La señora ya está en sus últimos momentos, ahora solo hay que esperar y que esté lo más tranquila posible,sólo le puedo decir que ya no tiene dolor-. Y se aleja.
Ya no tiene dolor, quedó pensando,dijo ya no tiene dolor, qué sabe él , qué sabe si ella ya no tiene dolor, si toda su vida estuvo llena de dolor, de abuso de maltrato de golpes, que herían la piel, pero que desgarraban el alma.
La piel cicatrizó, su alma se destrozó, su corazón se congeló y su risa se borró para siempre.
Aquellos ojos color canela, ya se cerraron para siempre, pero siento que ella los cerró hace treinta años cuando en nombre del amor su vida cambió.
LA PUERTA - Marquesa Luna
Su madre terminó suicidándose con una ingesta de barbitúricos cuando ella tenía doce años.
Ahora cuando siente girar la llave dos veces, sabe que después de que su padre cierre esa puerta abrirá la de su habitación, pero ella ya aprendió a controlar sus esfínteres, y también su rabia, dolor y asco… Sólo piensa en cómo hará para conseguir las pastillas que tomó su madre.
JARDÍN SECRETO - Katty Silva
Sabía que estaba en un sillón, pero también sabía que estaba en aquel lugar íntimo, donde los colores son más intensos, y yo, estaba a tu espera, en la cómoda hamaca amarrada a dos árboles. Tu venias caminando hacia a mi y al verte me emocione, de compartir contigo en mi jardín secreto, nos abrazamos y aquellas imágenes de la cruda vida real que llevábamos, se esfumo, ya no existía la sangre en mis labios golpeados, ni lo moretones en toda mi cabeza, ni la marca de tus dientes en mi piel, ya no existía tu rabia, ni tampoco la mía por no defenderme. Solo existía el perdón.